CONCLUSIÓN

El gobierno ha actuado con mucha premura en su deseo de que se apruebe su paquete financiero en esta Legislatura, a tal grado que ha descuidado la forma. En el caso de la autonomía del Banco de México, consideramos que no es posible que el Ejecutivo renuncie a su obligación de definir una política económica para la que fue electo, y delegue esta función en una instancia que pretende erigirse al margen del voto popular y del Congreso de la Unión.