La necesidad de contar con políticas económicas de Estado hace aconsejable la creación de mecanismos para tener estabilidad, certeza y legalidad en el manejo de los instrumentos de política económica.

De ahí que una de las primeras modificaciones propuestas por el Ejecutivo Federal sea que el manejo de la política cambiaria y monetaria corresponda exclusivamente al Banco de México, sin la intervención de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público como ocurre hasta la fecha. Se trata de proveer al Banco Central con instrumentos adicionales que aseguren la preservación del valor de nuestra moneda y le permitan atacar con mayor eficacia la inflación.

Esta medida, no obstante su costo macroeconómico, ciertamente incide en el bolsillo de todos los mexicanos, al contribuir a la estabilidad de precios, y consecuentemente, a la recuperación del poder adquisitivo y de los salarios reales.

Otras modificaciones propuestas, comprenden dar autonomía como órgano desconcentrado del Banco de México a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Un tema que seguramente se discutirá fuertemente es el de la reconformación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que desde su creación ha sido objeto de acérrimas discusiones, a favor y en contra. Se afirma que su operación impidió la quiebra de muchos bancos, una crisis general del sistema de pagos a nivel nacional, hiperinflación y la pérdida del capital de los ahorradores nacionales y extranjeros del sistema bancario.

Logrado el propósito de estabilizar a las instituciones financieras del país, tanto privadas como de desarrollo, parace necesario pasar a una nueva etapa en la que recogiendo la experiencia inmediata, para no repetirla, se plantea la creación de dos nuevos mecanismos.

Se propone establecer el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade). Se debe destacar que actualmente, el fisco, es decir, nuestros impuestos, están garantizando en su totalidad a los ahorradores de la Banca. Si se aprueba la creación del Fogade se limitará la protección a los ahorros individuales hasta por un monto de 500 mil UDIS a un plazo de 10 años.

El mecanismo tiene dos ventajas:

• Que obligará a que los bancos tengan mayor cuidado en el manejo de sus riesgos en cuanto al otorgamiento de créditos.

• Que inducirá a que los grandes ahorradores sean más selectivos en la elección de la institución bancaria en la que decidan invertir y una búsqueda más sistemática y ordenada de eficacia dentro de los mismos bancos.

En la Iniciativa también se prevé la creación de la Comisión de Activos Financieros. El objetivo de ésta sería el de acelerar la venta de los activos que actualmente están en manos del Fobaproa y que están distrayendo grandes cantidades de recursos públicos de otras necesidades como es el gasto social.

Una primera ventaja de la venta de los activos del Fobaproa es que se reducirá el costo fiscal de los programas de alivio a los deudores y al sistema financiero y, operando complementariamente y simultáneamente con el Fondo de Garantía de Depósitos, tendremos la posibilidad de tener un sistema crediticio con un crecimiento estable.

Las medidas anteriores se acompañarían de otras acciones complementarias a los fines de tener un sistema bancario que permita una reestructuración económica, pues:

• Se reconocería como deuda pública la deuda actual del Fobaproa, lo que ayudaría a un mejor manejo financiero al distribuir sus vencimientos a largo plazo y así evitar las exhibiciones de montos estratosféricos.
• Se inyectaría mayor liquidez a las instituciones de crédito, facilitando así la disponibilidad para su otorgamiento.
• El Congreso de la Unión por su parte, aumentaría sus facultades de control sobre el endeudamiento público al disminuir las facultades del Ejecutivo en materia de otorgamiento de garantías bancarias.

Por último, está la propuesta de eliminar las restricciones a la inversión extranjera en el sistema financiero, lo que reforzaría la capacidad interna de financiamiento a la inversión productiva, respaldando la recuperación económica y contribuyendo a la permanencia del ahorro externo superando la fragilidad que el sistema enfrentó durante las últimas crisis económicas por las que el país ha pasado.